jueves, 26 de marzo de 2009

El síndrome del pene asustado

En la flor de la juventud la sexualidad parece no ser un problema serio. Sin embargo, en la actualidad la vida sexual del hombre se ha convertido en una tarea competitiva, promovida por factores como un agitado ritmo de vida, estrés, consumo excesivo de alcohol y falta de sueño.

Entre los 18 y 25 años, los jóvenes fanfarronean sobre su virilidad con historias alucinantes de faenones nocturnos interminables. Pero a pesar de tanta palabrería, el hombre de hoy en día, muchas veces no puede demostrarle a su pareja toda su eficiencia en el aspecto sexual, más aún cuando se presenta lo que llamaremos el síndrome del pene asustado.


Éste es un problema psicológico de miedo, ansiedad, pavor o angustia. De temor a no ser suficiente para la pareja ó simplemente de pánico al no cumplir con la mujer en la cama. Puro susto, que hace que el hombre se convierta en obsesivo, e intente hacer de todo sin tener un resultado satisfactorio. Finalmente, no hay erección y menos penetración. Esto no significa que exista un problema físico, simplemente el pene no encuentra la rigidez perfecta que normalmente esperaba.

La ansiedad generada en cada encuentro sexual desencadena una importante descarga de adrenalina que es un antídoto natural de la vaso dilatación que se presenta durante una erección peneana.

Pero no hay de que preocuparse jóvenes. Sólo hay que mejorar la comunicación con la pareja, dejar de pensar que el sexo es una tarea por objetivos, evitar sentirse comparado, y finalmente disfrutar de una sexualidad plena llena de emociones que satisfagan el cuerpo y el alma.

jueves, 19 de marzo de 2009

Cambio de Sexo

Hoy en día recibimos infinidad de noticias sobre cambios de sexo, tanto en el hombre como en la mujer. En algunos países del mundo como España por ejemplo, el Ministerio de Salud asume los costos de estas operaciones. Y en el Perú, ya es posible someterse a este tipo de intervenciones. Sin embargo, no se puede dejar de recalcar la complejidad de los procedimientos que se emplean.



El síndrome de -dismorfia de género- se caracteriza por la falta de identificación de una persona con su sexo anatómico. En el caso específico de una mujer, esto genera que asuma los roles masculinos y comience con algunas trasformaciones, como la aplicación de hormonas para cambiar la gravedad de la voz.

Sin embargo, los cambios físicos se tienen que ir dando de manera paulatina, ya que éstos pueden durar meses, incluso años. En la futura transformación debe intervenir un equipo de expertos integrados por el médico de cabecera, un psiquiatra, psicólogo, endocrinólogo, ginecólogo y urólogo.

Las operaciones médicas pueden comenzar por la mastectomía subcutánea (extirpación de las mamas) que permite reducir el volumen mamario y colocar injertos libres de areola y pezón.

Una vez acabada la fase de la mastectomía se realiza la anexectomía histerectomía (extirpación de los ovarios y órganos anexos), donde se ejecuta la construcción del neoescroto (bolsa de los testículos) y el alargamiento de la uretra que generarán el espacio para los implantes testiculares de silicona.

Luego continúa la fase de la faloplastia (elaboración del nuevo pene). Existen dos tipos generales de faloplastias: las que usan tejidos locales y las que utilizan tejidos a distancia, que son las que producen mejores resultados. Sin embargo, debe quedar claro que existirán trastornos en la sensibilidad y en el rol que cumplen las hormonas producto de la cirugía.